El escrito ya se encuentra disponible en la última edición de Practical Sense, la Newsletter de la Pierre Bourdieu Foundation

El 11 de noviembre de 2024 se presentó el boletín Practical Sense como un evento especial organizado por el Centro de Estudios de la Circulación del Conocimiento (CECIC), en el marco del taller “Convergencias entre bibliometría y prosopografía: estudios de cobertura, circulación del conocimiento y desigualdades académicas”. El seminario web contó con la participación de Johan Heilbron, Julien Larregue, Matthias Fringant, Carolina Pulici, Jéssica Ronconi, Alicia B. Gutiérrez y Fernanda Beigel. Este evento fue también la ocasión para presentar el nuevo Espacio Bourdieu Argentina (EBA), una red recientemente creada para difundir y promover el diálogo con la investigación científica bourdieusiana en el país.
En Argentina, el campo intelectual siempre ha estado muy atento a los desarrollos europeos, y particularmente a los provenientes de Francia: primero con la recepción de las obras de Sartre y Lévi-Strauss, seguidos por Althusser, Barthes, Lacan, Foucault y Bourdieu. De hecho, fue en Buenos Aires donde El oficio del sociólogo fue traducido por primera vez al español en el mundo, en 1976. Casi una década antes, en 1967, circularon en Argentina las traducciones al español del famoso número de Les Temps Modernes que incluía el artículo de Bourdieu “Campo literario y proyecto creador” (de la editorial mexicana Siglo XXI), y de Los estudiantes y la cultura (de la editorial española Labor).
Esta dinámica recepción se vio interrumpida en 1976, cuando la dictadura militar desmanteló los departamentos de Ciencias Sociales en las universidades públicas y se cerraron las carreras de Sociología en todo el país. Miles de investigadores y docentes fueron encarcelados o directamente desaparecidos, y el campo intelectual argentino pareció marchitarse hasta su aparente extinción. No fue sino hasta el retorno de la democracia en 1983 y la reinstauración de las ciencias sociales que comenzó a desarrollarse en Argentina una tradición nacional de investigación científica nutrida por las ideas de Bourdieu. Como en muchos otros países, Bourdieu se ha convertido en el autor más citado tanto en Sociología como en Antropología. Por lo tanto, era natural que un grupo de investigadores unidos por el interés común en aplicar productivamente las categorías y conceptos bourdieusianos conformara una red compartida; no como un espacio de reverencia, sino más bien como una especie de laboratorio que no excluye la incorporación de ideas provenientes de otras tradiciones.
Con la creación del Espacio Bourdieu Argentina —cuyo nombre mismo indica un grado limitado de institucionalización— se busca establecer una herramienta que permita una circulación más amplia de toda la información y desarrollos relacionados con trabajos que se inspiran en la tradición bourdieusiana (en su sentido más amplio), tanto en Argentina como en otros países. Si bien se han desarrollado proyectos de investigación muy valiosos fuera de Buenos Aires, la capital siempre ha distribuido sus recursos simbólicos y materiales de manera que otorga mayor visibilidad a quienes trabajan en el área metropolitana. En consecuencia, uno de los principales objetivos del Espacio Bourdieu es integrar a los investigadores que residen en las provincias, evitando así el centralismo predominante en el campo intelectual argentino. La red aún se encuentra abierta a nuevas adhesiones, y hasta el momento el EBA cuenta con 30 miembros provenientes de 10 universidades distintas del país.
Resulta interesante preguntarse por qué esta iniciativa no surgió antes en un país donde Bourdieu ha sido tan leído y citado. Además, el hecho de que el Espacio Bourdieu haya logrado concretarse en un momento particularmente crítico para el campo científico y las universidades públicas en Argentina —gobernadas por un autodenominado gobierno “anarcocapitalista” que está implementando rápidamente cambios sociales que incrementarán la desigualdad y que está desfinanciando drásticamente la investigación científica— es especialmente significativo. Tal vez se deba simplemente a que debemos unirnos para resistir esta nueva doxa ultraconservadora proveniente de un gobierno abiertamente antiderechos y anticiencia, que está llevando adelante lo que ha sido denominado un “cientificidio”. Y para recordarnos que la sociología también tiene su propio arsenal para el combate.
Entre las diversas acciones y campañas, el 28 de mayo los investigadores se manifestaron en las calles con máscaras de gas, invocando una reciente serie de NETFLIX producida en Argentina llamada El Eternauta. Esta emblemática historieta, escrita por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López, fue publicada entre 1957 y 1959. Narra la historia ficticia de una nevada mortal que mata a todos los que están en las calles, y cómo unos pocos sobrevivientes deben enfrentarse a una invasión alienígena. Mientras lucha contra la crueldad de los monstruos que atacan a los humanos, el personaje principal —Juan Salvo— dice: “nadie se salva solo”. Enfrentando el ataque gubernamental contra la ciencia, la comunidad investigadora argentina sigue trabajando y resistiendo.
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